martes, 29 de septiembre de 2015

Reseña: La muerte invisible, de Alberto Pasamontes



Alberto Pasamontes acaba de publicar su segunda novela. La primera, Entre la lluvia, me gustó mucho, así que esperaba con impaciencia la siguiente, y aquí está. Por cierto, mañana (estoy escribiendo esto el 29 de septiembre de 2015) es la presentación del libro en Madrid, en la librería Estudio en Escarlata a las 19:30. Quien pueda que vaya, porque Alberto, además de ser un gran escritor es un gran tipo y merecerá la pena escucharlo. Yo no podré asistir. Me pilla lejos y demasiado liado.

En la reseña que dediqué a su primera obra le hacía una pequeña broma al inicio diciendo que más que novela negra me parecía una “novela gris”, pero luego explicaba que lo de gris no era peyorativo sino todo lo contrario.

Y es que las novelas de Alberto son policíacas. Por cierto, que aún no lo he dicho: la nueva se titula “La muerte invisible” y ha resultado ganadora del XVIII Premio Francisco García Pavón de Narrativa Policíaca. No tengo ni idea de cuáles fueron sus contrincantes en el certamen, pero después de leer la novela solo puedo decir que el jurado acertó en su fallo unánime, porque la novela es sencillamente magnífica. Alberto se ha superado con creces y se ha autoimpuesto un listón muy muy alto.

La muerte silenciosa es, esta vez sí, la novela negra más negra que haya leído nunca y, estoy seguro, que vaya jamás a leer.

Hay tres elementos: la narración en primera persona, la elección del tiempo narrativo, en presente, y una ambientación exquisitamente documentada, que, en mi opinión, tienen mucho que ver el éxito que auguro a esta historia y que hacen que el lector se meta literalmente en la piel del héroe de la trama y quede atrapado en la misma hasta llegar hasta la última letra del último párrafo.

La acción transcurre durante los días anteriores y posteriores del catastrófico accidente de la central nuclear de Chernobil, y es precisamente la catástrofe el eje central de la trama. El accidente de Chernobil, el suceso que todo el mundo recuerda pero que muy pocos conocen con detalle. Quien se haya preocupado por saber del tema apreciará doblemente la lectura de La muerte invisible y disfrutará del mimo que el autor vuelca en la recreación de los sucesos y de la ciudad, Pripyat, que se convierte, de alguna manera, en el personaje principal. Quien no lo haya hecho, aquí tiene una oportunidad de hacerlo de la manera más amena.

Tirando del argot cinematográfico, la novela está escrita en un único plano secuencia. Seguimos, o más bien vivimos al protagonista las veinticuatro horas de cada uno de los días que dura su drama. A través de sus grandezas y de sus miserias, de sus detalles cotidianos, de su trato con sus fugaces vecinos, de sus idas y venidas entre la ciudad y el “gran monstruo” de la central accidentada, al lector le resulta inevitable sentirse dentro del decorado hasta casi percibir el hormigueo de la radiación en la yema de los dedos que recorren las páginas.

No quiero cerrar esta reseña sin mencionar el formato de la novela. Pequeño, manejable, con una sorprendente encuadernación rústica con sobrecubierta y un elegante toque “vintage”. Muy bonito.


Alberto: como en los chistes malos, tengo una noticia buena y una mala para ti. La buena es que has escrito una novela sensacional. Lo malo es que lo llevas crudo para superarte…, o tal vez no. Espero con impaciencia lo próximo para desvelar el misterio.

Sinopsis:


Un policía de Moscú es represaliado por el Soviet Supremo a un nuevo destino en Ucrania, concretamente a Pripyat, la localidad más próxima a la central nuclear de Chernobil. Solo dos días después de su llegada es testigo de lo que acabará siendo la mayor tragedia nuclear de la Unión Soviética, silenciada por el poder en un intento de proteger a los responsables políticos de la catástrofe. Cuando están a punto de cumplirse treinta años de esa explosión y fuga radioactiva, fechada el 26 de abril de 1986, Alberto Pasamontes utiliza aquel episodio que impuslsó la Perestroika a costa de asolar toda una región rusa, para crear una novela negra, ganadora del XVIII Premio Francisco Pavón de Narrativa Policíaca, donde un investigador busca en solitario a los verdaderos artífices de aquel infierno.

El Autor:

Alberto Pasamontes (Madrid, 1970). Estudió Filología Inglesa y desde 2009 mantiene una constante actividad literaria, con la que ha obtenido el primer premio en la IV edición del concurso de Relato Corto de Ediciones Beta y un accésit en la XIV de los Premios Artísticos y Literarios del Ministerio de Defensa. Algunos de sus cuentos han aparecido en revistas y antologías. Su primera novela, Entre la lluvia, adscrita al género negro en el que se mueve con gran comodidad, apareció en 2014. Con La muerte invisible ha obtenido por unanimidad el XVIII Premio Francisco García Pavón de Narrativa.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Entrevista a Eduardo Alzola en Sognare e viaggiare con i libri

Os dejo la transcripción de la entrevista que me han hecho en la página de Facebook Sognare e viaggiare con i libri, un estupendo lugar para compartir lecturas y opiniones sobre libros. Las preguntas me las hacen la administradora, Rosa María Lapeira, con la colaboración de mi amigo y colega escritor Víctor Gete.

R.M.L. Buenas tardes
E.A. Hola a todos. Perdonad el retraso pero vengo corriendo del trabajo... Es lo que tiene no dedicarse profesionalmente a esto, je, je. Antes de nada quiero felicitar al grupo y en particular a Rosa María por esta estupenda iniciativa y por contar conmigo, además para inaugurar la temporada junto con Adele Vieri Castellano.
R.M.L. ¿Nos puedes explicar cuándo nació tu pasión por escribir?
E.A. Mi pasión por escribir me vino "de repente". No soy de esos que han llevado siempre un diario, o escriben relatos por afición, o necesitan escribir para expresarse. Siempre he tenido que escribir y hacerlo bien por motivos académicos (la tesis) y profesionales (informes, informes, informes...). A pesar de ser de ciencias esto me ha hecho preocuparme bastante por el estilo y la corrección. Y, un buen día, en enero de 2009, me vino una historia a la cabeza y decidí escribir una novela, así sin más. Suena raro pero es como sucedió..., y así hasta ahora.
V.G. ¿Para ti cual es el personaje preferido de tus novelas Eduardo?
E.A. Mi personaje preferido, Victor..., la verdad es que me lo pones difícil. Les tengo a todos mucho cariño como personajes, incluso a los malos malísimos. El protagonista de Un billete para el infinito es especial. Tal vez sea ese.
V.G. Eduardo, ¿tiene alguna similitud la vida real con tus historias? ¿O es pura y dura imaginación?
E.A. La primera vez que me preguntaron afirmé contundentemente que no tenía nada que ver en absoluto con mi vida y mis vivencias, pero mientras contestaba iba pensando y, ¡ostras! pues a lo mejor hay más de lo que imaginaba. Lo que sí es cierto es que unos cuantos personajes están inspirados en personas reales, especialmente los malos. En general he trasladado bastantes de sus características físicas y de personalidad..., y en la mayoría de los casos he jugado con los nombres reales y los ficticios.
R.M.L. ¿Qué libros te empujaron y te han inspirado a escribir?
E.A. Aunque lo de escribir es reciente, lo de leer me viene de toda la vida. No tengo autores especialmente favoritos y me gusta leer un poco de todo. Me encanta Kafka. Me gusta mucho Skármeta. Escribe de una manera que no le hace falta ni contar una historia para que se disfrute la lectura.
V.G. Eduardo, ¿prefieres presentación o Feria del Libro?
E.A. En general presentación. Es más íntimo y más personal. Supongo que también cuenta que a los escritores poco conocidos, como es mi caso, en las ferias nadie les hace demasiado caso y sientes un puntillo de frustración.
V.G. Escenario perfecto para tu novela, ¿España o extranjero?
E.A. Me pasa algo curioso cuando escribo, y es que me da cierto pudor poner nombres a los personajes e identificar los lugares. De hecho, en mis relatos cortos de momento ningún personaje tiene nombre, y en Un billete, el personaje principal tampoco lo tiene, ni se identifican explícitamente los lugares, aunque para quien lo conozca puede deducir que la escena final transcurre en Bilbao y por lo tanto el resto de la historia sucede en los alrededores. En mi próxima novela dos de los personajes principales tampoco tienen nombre (no es fácil escribir una novela sin dar nombre a los personajes). En cuanto a la ubicación, hay tres partes, y tres lugares: el primero no se identifica pero está en el País Vasco. Los otros son Bruselas y Burdeos. Me siento más cómodo ubicando la acción en lugares que conozco bien, sin especial necesidad de que estén aquí o allá...
R.M.L. ¿Tardaste mucho en encontrar un editor y en ser publicado?
E.A. Mandé el manuscrito a unos cuantos concursos y editoriales sin demasiado éxito. Finalmente mi propuesta gustó en Ediciones Beta, donde ya había publicado un relato corto en la antología de uno de los concursos que organizaban cada dos años. Desde que terminé la novela, entre revisiones, correcciones y que me la aceptaran pasó algo menos de dos años.
R.M.L. ¿Cómo clasificarías tu libro? ¿Qué tipología?
E.A. Me lo pones difícil. No es una novela de género. En la editorial consta como novela contemporánea... No es fácil de clasificar.
R.M.L. ¿Con qué personaje te identificas más?
E.A. Probablemente me haya repartido un poco entre todos, los buenos y los malos. Tal vez tenga más que ver con el condenado a muerte de lo que me gustaría admitir.
R.M.L. ¿Estás a favor o en contra de los laboratorios que utilizan animales para hacer experimentos?
E.A. Es una buena pregunta, porque en mi novela aparece un centro que experimenta con animales y yo mismo me he dedicado durante una época de mi vida a la investigación científica y he experimentado con animales. Me gustaría que no fuese necesario utilizar animales para la experimentación pero, a pesar de lo que intentan algunos que creamos, hoy por hoy no hay alternativas suficientemente buenas para poderlos sustituir. Otra cosa es que en buena medida se podrían reducir y "desbrutalizar".
R.M.L. Hablas de religión en tu libro pero no dejas entender si eres o no creyente, ¿nos lo puedes aclarar?
E.A. Sobre ese particular, debo reconocer que utilicé al condenado a muerte para poner en sus cavilaciones las mías propias. Tengo una formación científica bastante sólida y una educación católica practicante. Como le pasa a mi personaje, por mucho que me esfuerce y ponga en juego mis conocimientos, no soy capaz de concebir que el universo tal como lo conocemos se haya generado en ausencia de un creador, pero tampoco concibo lo contrario. Soy todo duda, pero no me angustia, porque no tengo ninguna necesidad de creer o no creer, ya que lo que sí tengo claro es que si hay un dios no es el que nos describe ninguna de las religiones que existen
R.M.L. La pena de muerte..., ¿estás a favor o en contra??
E.A. Ahí voy a ser breve: en contra, sin matices.
V.G. Eduardo, si tus historias tuviesen un BOOM y vendieses millones, ¿te mudarías a Miami o a algún sitio similar? ¿O te quedarías en la bella Baracaldo?
E.A. La verdad es que no tengo especiales apegos geográficos. No sé qué contestarte porque no me hago idea. En caso de sobrarme el dinero probablemente buscaría mi lugar ideal para vivir pero lo seguro es que no sería Miami. Me veo más en cualquier lugar en contacto con la naturaleza.
R.M.L. Si te tuvieras que entrevistar, ¿qué pregunta te harías?
E.A. ¡Buuuuuuuuuffffffffff, esta sí que es difícil!... Un clásico: ¿tienes algún proyecto en marcha?
R.M.L. ¿Estás preparando otro libro? ¿Nos puedes anticipar algo?
E.A. Estoy escribiendo una novela. Si todo va bien para fin de año me gustaría tener acabado el borrador. He ido poniendo algún que otro fragmento en mi muro y creo recordar que también en este. Como he comentado antes, sucede en el País Vasco, en Bruselas y en Burdeos, en dos épocas diferentes, y trata en cierto modo del bien y el mal.
R.M.L. Yo te he paragonado a un escritor francés Guillaume Musso, ¿te encuentras identificado con su forma de narrativa?
E.A. Debo reconocer que aún no he leído nada, pero por las referencias que he leído a partir de tu comentario me siento más que halagado. Me he descargado un par de novelas de Amazon, pero aún no me he puesto a ello. Incluso lo han llevado al cine. Y, por cierto, tanto Malkovich como Evangeline Lilly, los "protas" de la peli me encantan. A ver si la veo. ¿Me recomiendas algo en particular?
R.M.L. Los títulos los conozco en italiano pero el primero es muy pero que muy bueno, al menos para mí. Seguro que no te dejará indiferente.
E.A. Voy a intentar leerlo en versión original, así refresco un poco el francés.
R.M.L. Ya me dirás.
R.M.L. En la portada, dices que has empezado a escribir muy tarde, ¿a qué edad consideras que uno que quiere escribir tendría que empezar?
E.A. ¿Cuándo empezar a escribir? Pues supongo que cuando a uno "se lo pida el cuerpo". Cuanto antes, más tiempo tiene uno para aprender y curtirse pero, como en mi caso, nunca es tarde...
R.M.L. Actualmente, ¿vas a ir a alguna librería a firmar libros? Si es así, ¿nos puedes decir cuál?
E.A. De momento no hay nada en perspectiva. Me gustaría que la salida en digital, que será dentro de muy poco, reactive un poco el interés. Tal vez se podría hacer una presentación para lectores en digital.
R.M.L. Si mañana tu libro llegase a ser un Bestseller, ¿seguirías trabajando o te dedicarías solo a escribir?
E.A. Es duro de responder, porque me encanta mi trabajo, pero me gustaría enormemente poderme dedicar a la literatura.
R.M.L. ¿Podemos saber en qué trabajas?
E.A. Trabajo en una ingeniería ambiental. Dirijo el área de investigación y tratamiento de suelos contaminados.
R.M.L. Interesante... Tu próximo libro, ¿hablará de estas contaminaciones?
E.A. No. Tiene más que ver con mi época de científico, aunque más por la ubicación, Bruselas, que por la trama.
R.M.L. Ummmm, sería un buen tema de tocar.
E.A. Sí, es un tema que puede tener su jugo.
R.M.L. ¿Cuáles son las horas en que te pones a escribir? ¿Tienes horarios precisos o no?
E.A. Mi trabajo requiere bastante dedicación, lo cual me deja poco tiempo para escribir, así que tengo que hacerlo "cuando puedo". Procuro escribir un par de horas todas las noches y sacar algún rato los fines de semana.
R.M.L. ¿Tienes un lugar preferido donde escribir o cualquier sitio va bien?
E.A. Mi lugar preferido es la terraza de mi casa, pero tiene que acompañar el tiempo... De todas formas, me apaño en cualquier lugar. Lo primero que hice cuando me propuse escribir la primera novela fue comprarme un ordenador de estos pequeñitos para poder escribir en cualquier sitio.
R.M.L. ¿Utilizas algún ritual antes de escribir, tipo, un muñeco, una fotografía o algo por el estilo?
E.A. No, no soy maniático en lo que se refiere a rituales o amuletos.
R.M.L. ¿Quieres añadir alguna cosa más antes de saludarnos? Dejaré a quien quiera preguntarte algo.
E.A. Simplemente volver a agradecerte tu amabilidad. Espero que a los que lean mi novela les guste.
V.G. Una última pregunta Eduardo: si tuvieses que escoger un escritor o periodista, ¿a quién escogerías para hacer una presentación?
E.A. Desde ahora os lanzo una propuesta: ¿Qué os parece si en la presentación de la próxima me acompañáis tú, Victor Gete Garcia, y Alberto Pasamontes?
V.G. Sería un placer Eduardo.
R.M.L. Solo una más... ¿qué te ha parecido mi entrevista?
E.A. Me ha encantado. He estado muy a gusto, y las preguntas me han parecido acertadas y muy pertinentes. Da gusto cuando se nota que quien te entrevista conoce bien tu novela y se interesa realmente por ti.
R.M.L.  Gracias, ha sido todo un honor poder hablar contigo y preguntar las dudas que dejas entrever en tu novela.
E.A. El placer ha sido mío. Aquí sigo a tu disposición y a la de cualquiera que se quiera interesar por mí o por mis escritos.
R.M.L. Nos avisarás si te lo traducen en italiano, ¿verdad? Hay muchas personas que están intrigadas con tu libro.
E.A. Me encantaría. Ojalá os pueda avisar de algo así algún día...
R.M.L.  ¡Seguro que lo consigues Eduardo!
V.G. Quiero felicitar a Rosa y Eduardo por esta entrevista, os mando un abrazo a ambos.
R.M.L. Un abrazo y gracias por todo, sobre todo por vuestra disponibilidad, ¡es un gozo estar con vosotros!
E.A. Lo mismo. Muchísimas gracias.

      


viernes, 18 de septiembre de 2015

Reseña: El león dormido, de Marian Izaguirre



Llegué a El León dormido paseando por Santander del brazo de un señor durante la feria del libro. Aclaro, era el libro el que paseaba bajo el brazo del señor, no yo, y me llamó la atención porque ya había leído un par de novelas de Marian Izaguirre y porque pensé, lleno de envidia sana, lo bonito que sería ver alguna vez por ahí a un desconocido con un libro mío.

Poquito tiempo después de este encuentro salía a la venta una nueva versión revisada y mejorada de la novela, así que me hice con ella e hice con ella lo mejor que se puede hacer con una novela, que es leerla.

Tengo que dar mi opinión sincera: más de lo mismo. Esta vez no hubo sorpresas. Más y más de lo de siempre, una novela estupenda. Marian, Marian, ¿es que no piensas pinchar nunca?

En las novelas que llevo leídas hay ciertos elementos que se repiten en esta: sentimientos, sufrimiento e historias que transcurren paralelas en épocas diferentes. Mucho más que en las otras, en El León Dormido se puede decir que el sufrimiento se impone sobre el sentimiento en una historia tremenda, desgarradora, que uno no puede evitar sentir especialmente cercana. Conmueve.

Se agradece leer una historia ambientada en una época no tan habitual en las novelas como es la guerra del Rif, tan cercana y a la vez tan desconocida, y viajar por aquel Marruecos a través de un texto que combina de forma muy equilibrada la trama con el contexto histórico, documentado y presentado de una manera espléndida.

Cuando uno ve una foto de Marian Izaguirre, al menos a mí me pasa, percibe una sensación de serenidad y elegancia que, sin conocerla, sospecho que es reflejo de su interior y, desde luego, algo que se disfruta en sus escritos.

Conclusión: no me queda más remedio que admitir que voy a caer en la rutina. Voy a seguir leyendo a Marian, aunque siga sin sorprender.

Sinopsis

Pablo Ferrer -un periodista casi acabado a cuya grave desazón profesional se añade una ruptura amorosa, no por esperada menos temida- acepta finalmente un trabajo que lleva algún tiempo evitando: entrevistarse con una anciana que, setenta y cinco años después, pretende aportar una información nunca divulgada sobre el Desast re de Annual. La historia de esa mujer, Lucía Osman, pronto vencerá las reticiencias iniciales del periodista: vendida por su padre a un prostíbulo siendo casi una niña y capturada poco después por los rifeños, su propia historia guarda las claves de un vergonzoso secreto, conocido por los militares y el gobierno español de la época, y hasta entonces nunca divulgado. Ha pasado el tiempo, ha cambiado el mundo, y en el fondo de mi ser sigo siendo esa pequeña mestiza a la que vendieron en un burdel de Melilla por un fajo de billetes sucios. Así comienza su relato la protagonista de esta apasionante novela de Marian Izaguirre, que mereció el IX Premio de Novela Ciudad de Salamanca.

La autora

Marian Izaguirre nació en Bilbao y en la actualidad reside entre Madrid y Barcelona. En 1991 vio la luz su primera novela, La vida elíptica, con la que obtuvo el Premio Sésamo. Desde entonces ha publicado Para toda la vida (1991), El ópalo y la serpiente (1996), el volumen de cuentos Nadie es la patria, ni siquiera el tiempo (1999), La Bolivia (2003) y La parte de los ángeles (2011). Lumen publicó en 2013 La vida cuando era nuestra, una novela que fue traducida a siete idiomas y tuvo una espléndida acogida por parte del público español y de toda Europa, y en 2014 Los pasos que nos separan, su obra más reciente. Ahora se recupera en una nueva versión El león dormido, una novela que Izaguirre publicó en 2005 y mereció el IX Premio de Novela Ciudad de Salamanca.